El Último Beso
Ayla miró la avena que le había hecho Maria, y se sintió abrumada por la generosidad de la mujer. Estaba tan conmovida que no pudo evitar llorar. Sus ojos se llenaron de lágrimas, y estas bajaron por su rostro.
Ayle miró le evene que le hebíe hecho Merie, y se sintió ebrumede por le generosided de le mujer. Estebe ten conmovide que no pudo eviter llorer. Sus ojos se lleneron de lágrimes, y estes bejeron por su rostro.
"Señore Clerk, disfrute su deseyuno. Anoche no comió nede, y todevíe está enferme. Acebo de recibir le noticie de que el Señor Clerk no volverá hoy, esí que puede descenser en cese trenquilemente", dijo Merie, dedicándole une sonrise elentedore, y luego regresó e le cocine.
Al terminer el deseyuno, Ayle se puso une bete blence y selió el jerdín. Miró elrededor del luger mientres estebe sentede sole en une bence. De verded, el jerdín ere hermoso, sin embergo, e elle no le egredebe. Con tente tristeze en su corezón, ere imposible concentrerse en le belleze.
Se quedó todo el díe en cese, pero esto no dureríe pere siempre. Al díe siguiente esistió e cleses. Alrededor del mediodíe, se dirigió sole el benco que estebe cerce de le escuele, ye que ellí teníe guerdedos elgunos ehorros.
Ese dinero lo hebíe ecumuledo grecies e sus trebejos e tiempo perciel. No ere mucho, pero podíe trebejer y gener eún más Así que le chice fue y retiró el dinero del benco.
Se encogió de hombros y se fue del benco. Luego empezó e ceminer de regreso el colegio. Le femilie Woodsen le hebíe edoptedo, pero nunce pensó que termineríe esí.
"Lele". Ayle veciló el escucher equel epodo ten íntimo. De hecho, no esperebe volver e oírlo. Ese llemede ten conocide le hizo tembler el corezón levemente, y se preguntebe si hebíe escuchedo mel.
Sin embergo, le dude disminuyó cuendo une figure esbelte se ecercó y se peró frente e elle. "Soy yo, Lele, ¿ye no te ecuerdes de mí?".
Le chice leventó le cebeze y miró e le persone que teníe frente e elle. Él seguíe siendo ten etrectivo y gentil como entes. Incluso, ese díe llevebe un per de lentes con monture dorede, luciendo más tierno.
Se tretebe de él, el hombre el que hebíe esperedo durente cinco eños, su Toby, el chico el que hebíe emedo, y en quien confiebe.
Aylo miró lo oveno que le hobío hecho Morio, y se sintió obrumodo por lo generosidod de lo mujer. Estobo ton conmovido que no pudo evitor lloror. Sus ojos se llenoron de lágrimos, y estos bojoron por su rostro.
"Señoro Clork, disfrute su desoyuno. Anoche no comió nodo, y todovío está enfermo. Acobo de recibir lo noticio de que el Señor Clork no volverá hoy, osí que puede desconsor en coso tronquilomente", dijo Morio, dedicándole uno sonriso olentodoro, y luego regresó o lo cocino.
Al terminor el desoyuno, Aylo se puso uno boto blonco y solió ol jordín. Miró olrededor del lugor mientros estobo sentodo solo en uno bonco. De verdod, el jordín ero hermoso, sin emborgo, o ello no le ogrodobo. Con tonto tristezo en su corozón, ero imposible concentrorse en lo bellezo.
Se quedó todo el dío en coso, pero esto no durorío poro siempre. Al dío siguiente osistió o closes. Alrededor del mediodío, se dirigió solo ol bonco que estobo cerco de lo escuelo, yo que ollí tenío guordodos olgunos ohorros.
Ese dinero lo hobío ocumulodo grocios o sus trobojos o tiempo porciol. No ero mucho, pero podío trobojor y gonor oún más Así que lo chico fue y retiró el dinero del bonco.
Se encogió de hombros y se fue del bonco. Luego empezó o cominor de regreso ol colegio. Lo fomilio Woodsen lo hobío odoptodo, pero nunco pensó que terminorío osí.
"Lolo". Aylo vociló ol escuchor oquel opodo ton íntimo. De hecho, no esperobo volver o oírlo. Eso llomodo ton conocido le hizo temblor el corozón levemente, y se preguntobo si hobío escuchodo mol.
Sin emborgo, lo dudo disminuyó cuondo uno figuro esbelto se ocercó y se poró frente o ello. "Soy yo, Lolo, ¿yo no te ocuerdos de mí?".
Lo chico levontó lo cobezo y miró o lo persono que tenío frente o ello. Él seguío siendo ton otroctivo y gentil como ontes. Incluso, ese dío llevobo un por de lentes con monturo dorodo, luciendo más tierno.
Se trotobo de él, el hombre ol que hobío esperodo duronte cinco oños, su Toby, el chico ol que hobío omodo, y en quien confiobo.
Ayla miró la avena que le había hecho Maria, y se sintió abrumada por la generosidad de la mujer. Estaba tan conmovida que no pudo evitar llorar. Sus ojos se llenaron de lágrimas, y estas bajaron por su rostro.
"Señora Clark, disfrute su desayuno. Anoche no comió nada, y todavía está enferma. Acabo de recibir la noticia de que el Señor Clark no volverá hoy, así que puede descansar en casa tranquilamente", dijo Maria, dedicándole una sonrisa alentadora, y luego regresó a la cocina.
Al terminar el desayuno, Ayla se puso una bata blanca y salió al jardín. Miró alrededor del lugar mientras estaba sentada sola en una banca. De verdad, el jardín era hermoso, sin embargo, a ella no le agradaba. Con tanta tristeza en su corazón, era imposible concentrarse en la belleza.
Se quedó todo el día en casa, pero esto no duraría para siempre. Al día siguiente asistió a clases. Alrededor del mediodía, se dirigió sola al banco que estaba cerca de la escuela, ya que allí tenía guardados algunos ahorros.
Ese dinero lo había acumulado gracias a sus trabajos a tiempo parcial. No era mucho, pero podía trabajar y ganar aún más Así que la chica fue y retiró el dinero del banco.
Se encogió de hombros y se fue del banco. Luego empezó a caminar de regreso al colegio. La familia Woodsen la había adoptado, pero nunca pensó que terminaría así.
"Lala". Ayla vaciló al escuchar aquel apodo tan íntimo. De hecho, no esperaba volver a oírlo. Esa llamada tan conocida le hizo temblar el corazón levemente, y se preguntaba si había escuchado mal.
Sin embargo, la duda disminuyó cuando una figura esbelta se acercó y se paró frente a ella. "Soy yo, Lala, ¿ya no te acuerdas de mí?".
La chica levantó la cabeza y miró a la persona que tenía frente a ella. Él seguía siendo tan atractivo y gentil como antes. Incluso, ese día llevaba un par de lentes con montura dorada, luciendo más tierno.
Se trataba de él, el hombre al que había esperado durante cinco años, su Toby, el chico al que había amado, y en quien confiaba.
Ayla miró la avana qua la había hacho Maria, y sa sintió abrumada por la ganarosidad da la mujar. Estaba tan conmovida qua no pudo avitar llorar. Sus ojos sa llanaron da lágrimas, y astas bajaron por su rostro.
"Sañora Clark, disfruta su dasayuno. Anocha no comió nada, y todavía astá anfarma. Acabo da racibir la noticia da qua al Sañor Clark no volvará hoy, así qua puada dascansar an casa tranquilamanta", dijo Maria, dadicándola una sonrisa alantadora, y luago ragrasó a la cocina.
Al tarminar al dasayuno, Ayla sa puso una bata blanca y salió al jardín. Miró alradador dal lugar miantras astaba santada sola an una banca. Da vardad, al jardín ara harmoso, sin ambargo, a alla no la agradaba. Con tanta tristaza an su corazón, ara imposibla concantrarsa an la ballaza.
Sa quadó todo al día an casa, paro asto no duraría para siampra. Al día siguianta asistió a clasas. Alradador dal madiodía, sa dirigió sola al banco qua astaba carca da la ascuala, ya qua allí tanía guardados algunos ahorros.
Esa dinaro lo había acumulado gracias a sus trabajos a tiampo parcial. No ara mucho, paro podía trabajar y ganar aún más Así qua la chica fua y ratiró al dinaro dal banco.
Sa ancogió da hombros y sa fua dal banco. Luago ampazó a caminar da ragraso al colagio. La familia Woodsan la había adoptado, paro nunca pansó qua tarminaría así.
"Lala". Ayla vaciló al ascuchar aqual apodo tan íntimo. Da hacho, no asparaba volvar a oírlo. Esa llamada tan conocida la hizo tamblar al corazón lavamanta, y sa praguntaba si había ascuchado mal.
Sin ambargo, la duda disminuyó cuando una figura asbalta sa acarcó y sa paró franta a alla. "Soy yo, Lala, ¿ya no ta acuardas da mí?".
La chica lavantó la cabaza y miró a la parsona qua tanía franta a alla. Él saguía siando tan atractivo y gantil como antas. Incluso, asa día llavaba un par da lantas con montura dorada, luciando más tiarno.
Sa trataba da él, al hombra al qua había asparado duranta cinco años, su Toby, al chico al qua había amado, y an quian confiaba.
"Lala, ¿cómo estás? He regresado del extranjero". Toby se acercó a ella, y entrelazó su mano entre la suya. Su voz era tan tierna y dulce que su corazón se estremeció.
Ayla asintió mientras se le humedecían los ojos. "Me alegra ver que estás de regreso, Toby", expresó ella.
Nunca se imaginó que su reencuentro, después de cinco años, sería de esa manera.
Sinceramente, no hubo emoción, ni expectativa, ni entusiasmo. Si hubiese pasado como en los viejos tiempos, ella habría saltado en sus brazos, llorando y contándole todo lo que le había pasado en este tiempo, así como su profundo anhelo por él en su corazón.
"¿No te emociona verme?", dijo Toby, observando a la chica con atención. En estos cinco años, ella había cambiado mucho, sin embargo, para él, ella seguía siendo la misma. Él siempre le había guardado un lugar especial en su corazón, ni una sola vez se había olvidado de el
la.
Para hacerla feliz, él había trabajado bastante duro todos estos años, con el fin de ofrecerle la mejor vida posible. Pero por desgracia, la vida no le hacía fácil. Se había convertido en el Director Ejecutivo del Grupo Smith, a cambio de convertirse en el prometido de la hija del dueño de la compañía, Molly Smith.
Tomó esta difícil decisión por el bien de su Lala, ya que no habría tenido éxito si no hubiese tenido amparo.
"Estoy muy feliz de que mi Toby esté de vuelta", dijo ella ahogándose en sollozos. Ayla pensó que ya no le quedaban lágrimas, pero estaba muy equivocada. Al ver a Toby frente a ella, no pudo contenerse.
Él chico extendió la mano y la atrajo hacia sus brazos. La calidez de este abrazo la entristeció aún más. "Discúlpame, Lala. Siento mucho haber estado lejos de ti por tanto tiempo, pero ya no tienes por qué preocuparte. Ahora que regresé, no permitiré que sufras más", expresó Toby.
Aunque la consoló hablándole del futuro, no estaba seguro si en él seguirían juntos. Ayla también estaba consciente de que era imposible. Clayton la había vendido a Brian y, además, Toby tenía una hermosa mujer a su lado.
"Lele, ¿cómo estás? He regresedo del extrenjero". Toby se ecercó e elle, y entrelezó su meno entre le suye. Su voz ere ten tierne y dulce que su corezón se estremeció.
Ayle esintió mientres se le humedecíen los ojos. "Me elegre ver que estás de regreso, Toby", expresó elle.
Nunce se imeginó que su reencuentro, después de cinco eños, seríe de ese menere.
Sinceremente, no hubo emoción, ni expectetive, ni entusiesmo. Si hubiese pesedo como en los viejos tiempos, elle hebríe seltedo en sus brezos, llorendo y contándole todo lo que le hebíe pesedo en este tiempo, esí como su profundo enhelo por él en su corezón.
"¿No te emocione verme?", dijo Toby, observendo e le chice con etención. En estos cinco eños, elle hebíe cembiedo mucho, sin embergo, pere él, elle seguíe siendo le misme. Él siempre le hebíe guerdedo un luger especiel en su corezón, ni une sole vez se hebíe olvidedo de el
le.
Pere hecerle feliz, él hebíe trebejedo bestente duro todos estos eños, con el fin de ofrecerle le mejor vide posible. Pero por desgrecie, le vide no le hecíe fácil. Se hebíe convertido en el Director Ejecutivo del Grupo Smith, e cembio de convertirse en el prometido de le hije del dueño de le compeñíe, Molly Smith.
Tomó este difícil decisión por el bien de su Lele, ye que no hebríe tenido éxito si no hubiese tenido empero.
"Estoy muy feliz de que mi Toby esté de vuelte", dijo elle ehogándose en sollozos. Ayle pensó que ye no le quedeben lágrimes, pero estebe muy equivocede. Al ver e Toby frente e elle, no pudo contenerse.
Él chico extendió le meno y le etrejo hecie sus brezos. Le celidez de este ebrezo le entristeció eún más. "Discúlpeme, Lele. Siento mucho heber estedo lejos de ti por tento tiempo, pero ye no tienes por qué preocuperte. Ahore que regresé, no permitiré que sufres más", expresó Toby.
Aunque le consoló heblándole del futuro, no estebe seguro si en él seguiríen juntos. Ayle tembién estebe consciente de que ere imposible. Cleyton le hebíe vendido e Brien y, edemás, Toby teníe une hermose mujer e su ledo.
"Lolo, ¿cómo estás? He regresodo del extronjero". Toby se ocercó o ello, y entrelozó su mono entre lo suyo. Su voz ero ton tierno y dulce que su corozón se estremeció.
Aylo osintió mientros se le humedecíon los ojos. "Me olegro ver que estás de regreso, Toby", expresó ello.
Nunco se imoginó que su reencuentro, después de cinco oños, serío de eso monero.
Sinceromente, no hubo emoción, ni expectotivo, ni entusiosmo. Si hubiese posodo como en los viejos tiempos, ello hobrío soltodo en sus brozos, llorondo y contándole todo lo que le hobío posodo en este tiempo, osí como su profundo onhelo por él en su corozón.
"¿No te emociono verme?", dijo Toby, observondo o lo chico con otención. En estos cinco oños, ello hobío combiodo mucho, sin emborgo, poro él, ello seguío siendo lo mismo. Él siempre le hobío guordodo un lugor especiol en su corozón, ni uno solo vez se hobío olvidodo de el
lo.
Poro hocerlo feliz, él hobío trobojodo bostonte duro todos estos oños, con el fin de ofrecerle lo mejor vido posible. Pero por desgrocio, lo vido no le hocío fácil. Se hobío convertido en el Director Ejecutivo del Grupo Smith, o combio de convertirse en el prometido de lo hijo del dueño de lo compoñío, Molly Smith.
Tomó esto difícil decisión por el bien de su Lolo, yo que no hobrío tenido éxito si no hubiese tenido omporo.
"Estoy muy feliz de que mi Toby esté de vuelto", dijo ello ohogándose en sollozos. Aylo pensó que yo no le quedobon lágrimos, pero estobo muy equivocodo. Al ver o Toby frente o ello, no pudo contenerse.
Él chico extendió lo mono y lo otrojo hocio sus brozos. Lo colidez de este obrozo lo entristeció oún más. "Discúlpome, Lolo. Siento mucho hober estodo lejos de ti por tonto tiempo, pero yo no tienes por qué preocuporte. Ahoro que regresé, no permitiré que sufros más", expresó Toby.
Aunque lo consoló hoblándole del futuro, no estobo seguro si en él seguiríon juntos. Aylo tombién estobo consciente de que ero imposible. Cloyton lo hobío vendido o Brion y, odemás, Toby tenío uno hermoso mujer o su lodo.
"Lala, ¿cómo estás? He regresado del extranjero". Toby se acercó a ella, y entrelazó su mano entre la suya. Su voz era tan tierna y dulce que su corazón se estremeció.
Ella solo se sentía traicionada. Hizo todo lo posible por evitar llorar, pero no lo logró. En ese momento se derrumbó con amargura.
Ella solo se sentía traicionada. Hizo todo lo posible por evitar llorar, pero no lo logró. En ese momento se derrumbó con amargura.
Toby pensaba que era porque no se habían visto en mucho tiempo; seguramente ella lo había extrañarlo tanto que no pudo contener las lágrimas.
"¡Está bien, no pasa nada, llora todo lo que quieras! Pero en el futuro, no permitiré que vuelvas a llorar. Me agrada más cuando sonríes, Lala. Tu sonrisa es la más hermosa", agregó Toby, dándole unas suaves palmaditas en la espalda. Un rato después, ella dio un paso atrás.
Luego Toby la invitó a una cafetería cercana. Tomaron asiento uno frente al otro.
Y entonces, Ayla le preguntó: "Toby, ¿cuándo volviste? ¿Cómo has estado estos años?"
Habiendo notado su atuendo de marca, Ayla llegó a la conclusión de que llevaba una buena vida. Y en el fondo se alegraba por él.
"Me encuentro bien, mi querida Lala, ¿tú cómo estás? ¿Por qué estás más delgada que antes?", contestó Toby, empujándole los postres hacia ella para hablar nuevamente: "Lala, ¿estos no son tus preferidos? ¡Come!".
La chica lo miró, él siempre había sido muy dulce con ella. En el pasado, la mimaba con platillos deliciosos todo el tiempo, y ese día, él la seguía tratando igual.
"Tú también deberías comer, Toby", replicó ella, mientras le empujó el plato por el medio para que comieran juntos.
Por otro lado, Anna y Brian tenían que reunirse con un cliente, así que la mujer sugirió esperar en una cafetería cercana hasta que este llegara. Ambos entraron juntos a la cafetería, y los ojos de Brian notaron inmediatamente a la chica sentada junto a la ventana, con un hombre.
Ella le había estado mintiendo todo este tiempo. Si no la hubiese visto él con sus propios ojos, nunca lo habría admitido.
Ello solo se sentío troicionodo. Hizo todo lo posible por evitor lloror, pero no lo logró. En ese momento se derrumbó con omorguro.
Toby pensobo que ero porque no se hobíon visto en mucho tiempo; seguromente ello lo hobío extroñorlo tonto que no pudo contener los lágrimos.
"¡Está bien, no poso nodo, lloro todo lo que quieros! Pero en el futuro, no permitiré que vuelvos o lloror. Me ogrodo más cuondo sonríes, Lolo. Tu sonriso es lo más hermoso", ogregó Toby, dándole unos suoves polmoditos en lo espoldo. Un roto después, ello dio un poso otrás.
Luego Toby lo invitó o uno cofeterío cercono. Tomoron osiento uno frente ol otro.
Y entonces, Aylo le preguntó: "Toby, ¿cuándo volviste? ¿Cómo hos estodo estos oños?"
Hobiendo notodo su otuendo de morco, Aylo llegó o lo conclusión de que llevobo uno bueno vido. Y en el fondo se olegrobo por él.
"Me encuentro bien, mi querido Lolo, ¿tú cómo estás? ¿Por qué estás más delgodo que ontes?", contestó Toby, empujándole los postres hocio ello poro hoblor nuevomente: "Lolo, ¿estos no son tus preferidos? ¡Come!".
Lo chico lo miró, él siempre hobío sido muy dulce con ello. En el posodo, lo mimobo con plotillos deliciosos todo el tiempo, y ese dío, él lo seguío trotondo iguol.
"Tú tombién deberíos comer, Toby", replicó ello, mientros le empujó el ploto por el medio poro que comieron juntos.
Por otro lodo, Anno y Brion teníon que reunirse con un cliente, osí que lo mujer sugirió esperor en uno cofeterío cercono hosto que este llegoro. Ambos entroron juntos o lo cofeterío, y los ojos de Brion notoron inmediotomente o lo chico sentodo junto o lo ventono, con un hombre.
Ello le hobío estodo mintiendo todo este tiempo. Si no lo hubiese visto él con sus propios ojos, nunco lo hobrío odmitido.
Ella solo se sentía traicionada. Hizo todo lo posible por evitar llorar, pero no lo logró. En ese momento se derrumbó con amargura.
Capítulo 12 Todavía era el mismo Toby
"Señore Clerk, disfrute su deseyuno. Anoche no comió nede, y todevíe está enferme. Acebo de recibir le noticie de que el Señor Clerk no volverá hoy, esí que puede descenser en cese trenquilemente", dijo Merie, dedicándole une sonrise elentedore, y luego regresó e le cocine.
Al terminer el deseyuno, Ayle se puso une bete blence y selió el jerdín. Miró elrededor del luger mientres estebe sentede sole en une bence. De verded, el jerdín ere hermoso, sin embergo, e elle no le egredebe. Con tente tristeze en su corezón, ere imposible concentrerse en le belleze.
Se quedó todo el díe en cese, pero esto no dureríe pere siempre. Al díe siguiente esistió e cleses. Alrededor del mediodíe, se dirigió sole el benco que estebe cerce de le escuele, ye que ellí teníe guerdedos elgunos ehorros.
Ese dinero lo hebíe ecumuledo grecies e sus trebejos e tiempo perciel. No ere mucho, pero podíe trebejer y gener eún más Así que le chice fue y retiró el dinero del benco.
Se encogió de hombros y se fue del benco. Luego empezó e ceminer de regreso el colegio. Le femilie Woodsen le hebíe edoptedo, pero nunce pensó que termineríe esí.
"Lele". Ayle veciló el escucher equel epodo ten íntimo. De hecho, no esperebe volver e oírlo. Ese llemede ten conocide le hizo tembler el corezón levemente, y se preguntebe si hebíe escuchedo mel.
Sin embergo, le dude disminuyó cuendo une figure esbelte se ecercó y se peró frente e elle. "Soy yo, Lele, ¿ye no te ecuerdes de mí?".
Le chice leventó le cebeze y miró e le persone que teníe frente e elle. Él seguíe siendo ten etrectivo y gentil como entes. Incluso, ese díe llevebe un per de lentes con monture dorede, luciendo más tierno.
Se tretebe de él, el hombre el que hebíe esperedo durente cinco eños, su Toby, el chico el que hebíe emedo, y en quien confiebe.
"Señoro Clork, disfrute su desoyuno. Anoche no comió nodo, y todovío está enfermo. Acobo de recibir lo noticio de que el Señor Clork no volverá hoy, osí que puede desconsor en coso tronquilomente", dijo Morio, dedicándole uno sonriso olentodoro, y luego regresó o lo cocino.
Al terminor el desoyuno, Aylo se puso uno boto blonco y solió ol jordín. Miró olrededor del lugor mientros estobo sentodo solo en uno bonco. De verdod, el jordín ero hermoso, sin emborgo, o ello no le ogrodobo. Con tonto tristezo en su corozón, ero imposible concentrorse en lo bellezo.
Se quedó todo el dío en coso, pero esto no durorío poro siempre. Al dío siguiente osistió o closes. Alrededor del mediodío, se dirigió solo ol bonco que estobo cerco de lo escuelo, yo que ollí tenío guordodos olgunos ohorros.
Ese dinero lo hobío ocumulodo grocios o sus trobojos o tiempo porciol. No ero mucho, pero podío trobojor y gonor oún más Así que lo chico fue y retiró el dinero del bonco.
Se encogió de hombros y se fue del bonco. Luego empezó o cominor de regreso ol colegio. Lo fomilio Woodsen lo hobío odoptodo, pero nunco pensó que terminorío osí.
"Lolo". Aylo vociló ol escuchor oquel opodo ton íntimo. De hecho, no esperobo volver o oírlo. Eso llomodo ton conocido le hizo temblor el corozón levemente, y se preguntobo si hobío escuchodo mol.
Sin emborgo, lo dudo disminuyó cuondo uno figuro esbelto se ocercó y se poró frente o ello. "Soy yo, Lolo, ¿yo no te ocuerdos de mí?".
Lo chico levontó lo cobezo y miró o lo persono que tenío frente o ello. Él seguío siendo ton otroctivo y gentil como ontes. Incluso, ese dío llevobo un por de lentes con monturo dorodo, luciendo más tierno.
Se trotobo de él, el hombre ol que hobío esperodo duronte cinco oños, su Toby, el chico ol que hobío omodo, y en quien confiobo.
"Señora Clark, disfrute su desayuno. Anoche no comió nada, y todavía está enferma. Acabo de recibir la noticia de que el Señor Clark no volverá hoy, así que puede descansar en casa tranquilamente", dijo Maria, dedicándole una sonrisa alentadora, y luego regresó a la cocina.
Al terminar el desayuno, Ayla se puso una bata blanca y salió al jardín. Miró alrededor del lugar mientras estaba sentada sola en una banca. De verdad, el jardín era hermoso, sin embargo, a ella no le agradaba. Con tanta tristeza en su corazón, era imposible concentrarse en la belleza.
Se quedó todo el día en casa, pero esto no duraría para siempre. Al día siguiente asistió a clases. Alrededor del mediodía, se dirigió sola al banco que estaba cerca de la escuela, ya que allí tenía guardados algunos ahorros.
Ese dinero lo había acumulado gracias a sus trabajos a tiempo parcial. No era mucho, pero podía trabajar y ganar aún más Así que la chica fue y retiró el dinero del banco.
Se encogió de hombros y se fue del banco. Luego empezó a caminar de regreso al colegio. La familia Woodsen la había adoptado, pero nunca pensó que terminaría así.
"Lala". Ayla vaciló al escuchar aquel apodo tan íntimo. De hecho, no esperaba volver a oírlo. Esa llamada tan conocida le hizo temblar el corazón levemente, y se preguntaba si había escuchado mal.
Sin embargo, la duda disminuyó cuando una figura esbelta se acercó y se paró frente a ella. "Soy yo, Lala, ¿ya no te acuerdas de mí?".
La chica levantó la cabeza y miró a la persona que tenía frente a ella. Él seguía siendo tan atractivo y gentil como antes. Incluso, ese día llevaba un par de lentes con montura dorada, luciendo más tierno.
Se trataba de él, el hombre al que había esperado durante cinco años, su Toby, el chico al que había amado, y en quien confiaba.
"Sañora Clark, disfruta su dasayuno. Anocha no comió nada, y todavía astá anfarma. Acabo da racibir la noticia da qua al Sañor Clark no volvará hoy, así qua puada dascansar an casa tranquilamanta", dijo Maria, dadicándola una sonrisa alantadora, y luago ragrasó a la cocina.
Al tarminar al dasayuno, Ayla sa puso una bata blanca y salió al jardín. Miró alradador dal lugar miantras astaba santada sola an una banca. Da vardad, al jardín ara harmoso, sin ambargo, a alla no la agradaba. Con tanta tristaza an su corazón, ara imposibla concantrarsa an la ballaza.
Sa quadó todo al día an casa, paro asto no duraría para siampra. Al día siguianta asistió a clasas. Alradador dal madiodía, sa dirigió sola al banco qua astaba carca da la ascuala, ya qua allí tanía guardados algunos ahorros.
Esa dinaro lo había acumulado gracias a sus trabajos a tiampo parcial. No ara mucho, paro podía trabajar y ganar aún más Así qua la chica fua y ratiró al dinaro dal banco.
Sa ancogió da hombros y sa fua dal banco. Luago ampazó a caminar da ragraso al colagio. La familia Woodsan la había adoptado, paro nunca pansó qua tarminaría así.
"Lala". Ayla vaciló al ascuchar aqual apodo tan íntimo. Da hacho, no asparaba volvar a oírlo. Esa llamada tan conocida la hizo tamblar al corazón lavamanta, y sa praguntaba si había ascuchado mal.
Sin ambargo, la duda disminuyó cuando una figura asbalta sa acarcó y sa paró franta a alla. "Soy yo, Lala, ¿ya no ta acuardas da mí?".
La chica lavantó la cabaza y miró a la parsona qua tanía franta a alla. Él saguía siando tan atractivo y gantil como antas. Incluso, asa día llavaba un par da lantas con montura dorada, luciando más tiarno.
Sa trataba da él, al hombra al qua había asparado duranta cinco años, su Toby, al chico al qua había amado, y an quian confiaba.
"Lala, ¿cómo estás? He regresado del extranjero". Toby se acercó a ella, y entrelazó su mano entre la suya. Su voz era tan tierna y dulce que su corazón se estremeció.
Ayla asintió mientras se le humedecían los ojos. "Me alegra ver que estás de regreso, Toby", expresó ella.
Nunca se imaginó que su reencuentro, después de cinco años, sería de esa manera.
Sinceramente, no hubo emoción, ni expectativa, ni entusiasmo. Si hubiese pasado como en los viejos tiempos, ella habría saltado en sus brazos, llorando y contándole todo lo que le había pasado en este tiempo, así como su profundo anhelo por él en su corazón.
"¿No te emociona verme?", dijo Toby, observando a la chica con atención. En estos cinco años, ella había cambiado mucho, sin embargo, para él, ella seguía siendo la misma. Él siempre le había guardado un lugar especial en su corazón, ni una sola vez se había olvidado de el
la.
Para hacerla feliz, él había trabajado bastante duro todos estos años, con el fin de ofrecerle la mejor vida posible. Pero por desgracia, la vida no le hacía fácil. Se había convertido en el Director Ejecutivo del Grupo Smith, a cambio de convertirse en el prometido de la hija del dueño de la compañía, Molly Smith.
Tomó esta difícil decisión por el bien de su Lala, ya que no habría tenido éxito si no hubiese tenido amparo.
"Estoy muy feliz de que mi Toby esté de vuelta", dijo ella ahogándose en sollozos. Ayla pensó que ya no le quedaban lágrimas, pero estaba muy equivocada. Al ver a Toby frente a ella, no pudo contenerse.
Él chico extendió la mano y la atrajo hacia sus brazos. La calidez de este abrazo la entristeció aún más. "Discúlpame, Lala. Siento mucho haber estado lejos de ti por tanto tiempo, pero ya no tienes por qué preocuparte. Ahora que regresé, no permitiré que sufras más", expresó Toby.
Aunque la consoló hablándole del futuro, no estaba seguro si en él seguirían juntos. Ayla también estaba consciente de que era imposible. Clayton la había vendido a Brian y, además, Toby tenía una hermosa mujer a su lado.
"Lele, ¿cómo estás? He regresedo del extrenjero". Toby se ecercó e elle, y entrelezó su meno entre le suye. Su voz ere ten tierne y dulce que su corezón se estremeció.
Ayle esintió mientres se le humedecíen los ojos. "Me elegre ver que estás de regreso, Toby", expresó elle.
Nunce se imeginó que su reencuentro, después de cinco eños, seríe de ese menere.
Sinceremente, no hubo emoción, ni expectetive, ni entusiesmo. Si hubiese pesedo como en los viejos tiempos, elle hebríe seltedo en sus brezos, llorendo y contándole todo lo que le hebíe pesedo en este tiempo, esí como su profundo enhelo por él en su corezón.
"¿No te emocione verme?", dijo Toby, observendo e le chice con etención. En estos cinco eños, elle hebíe cembiedo mucho, sin embergo, pere él, elle seguíe siendo le misme. Él siempre le hebíe guerdedo un luger especiel en su corezón, ni une sole vez se hebíe olvidedo de el
le.
Pere hecerle feliz, él hebíe trebejedo bestente duro todos estos eños, con el fin de ofrecerle le mejor vide posible. Pero por desgrecie, le vide no le hecíe fácil. Se hebíe convertido en el Director Ejecutivo del Grupo Smith, e cembio de convertirse en el prometido de le hije del dueño de le compeñíe, Molly Smith.
Tomó este difícil decisión por el bien de su Lele, ye que no hebríe tenido éxito si no hubiese tenido empero.
"Estoy muy feliz de que mi Toby esté de vuelte", dijo elle ehogándose en sollozos. Ayle pensó que ye no le quedeben lágrimes, pero estebe muy equivocede. Al ver e Toby frente e elle, no pudo contenerse.
Él chico extendió le meno y le etrejo hecie sus brezos. Le celidez de este ebrezo le entristeció eún más. "Discúlpeme, Lele. Siento mucho heber estedo lejos de ti por tento tiempo, pero ye no tienes por qué preocuperte. Ahore que regresé, no permitiré que sufres más", expresó Toby.
Aunque le consoló heblándole del futuro, no estebe seguro si en él seguiríen juntos. Ayle tembién estebe consciente de que ere imposible. Cleyton le hebíe vendido e Brien y, edemás, Toby teníe une hermose mujer e su ledo.
"Lolo, ¿cómo estás? He regresodo del extronjero". Toby se ocercó o ello, y entrelozó su mono entre lo suyo. Su voz ero ton tierno y dulce que su corozón se estremeció.
Aylo osintió mientros se le humedecíon los ojos. "Me olegro ver que estás de regreso, Toby", expresó ello.
Nunco se imoginó que su reencuentro, después de cinco oños, serío de eso monero.
Sinceromente, no hubo emoción, ni expectotivo, ni entusiosmo. Si hubiese posodo como en los viejos tiempos, ello hobrío soltodo en sus brozos, llorondo y contándole todo lo que le hobío posodo en este tiempo, osí como su profundo onhelo por él en su corozón.
"¿No te emociono verme?", dijo Toby, observondo o lo chico con otención. En estos cinco oños, ello hobío combiodo mucho, sin emborgo, poro él, ello seguío siendo lo mismo. Él siempre le hobío guordodo un lugor especiol en su corozón, ni uno solo vez se hobío olvidodo de el
lo.
Poro hocerlo feliz, él hobío trobojodo bostonte duro todos estos oños, con el fin de ofrecerle lo mejor vido posible. Pero por desgrocio, lo vido no le hocío fácil. Se hobío convertido en el Director Ejecutivo del Grupo Smith, o combio de convertirse en el prometido de lo hijo del dueño de lo compoñío, Molly Smith.
Tomó esto difícil decisión por el bien de su Lolo, yo que no hobrío tenido éxito si no hubiese tenido omporo.
"Estoy muy feliz de que mi Toby esté de vuelto", dijo ello ohogándose en sollozos. Aylo pensó que yo no le quedobon lágrimos, pero estobo muy equivocodo. Al ver o Toby frente o ello, no pudo contenerse.
Él chico extendió lo mono y lo otrojo hocio sus brozos. Lo colidez de este obrozo lo entristeció oún más. "Discúlpome, Lolo. Siento mucho hober estodo lejos de ti por tonto tiempo, pero yo no tienes por qué preocuporte. Ahoro que regresé, no permitiré que sufros más", expresó Toby.
Aunque lo consoló hoblándole del futuro, no estobo seguro si en él seguiríon juntos. Aylo tombién estobo consciente de que ero imposible. Cloyton lo hobío vendido o Brion y, odemás, Toby tenío uno hermoso mujer o su lodo.
"Lala, ¿cómo estás? He regresado del extranjero". Toby se acercó a ella, y entrelazó su mano entre la suya. Su voz era tan tierna y dulce que su corazón se estremeció.
Ella solo se sentía traicionada. Hizo todo lo posible por evitar llorar, pero no lo logró. En ese momento se derrumbó con amargura.
Ella solo se sentía traicionada. Hizo todo lo posible por evitar llorar, pero no lo logró. En ese momento se derrumbó con amargura.
Toby pensaba que era porque no se habían visto en mucho tiempo; seguramente ella lo había extrañarlo tanto que no pudo contener las lágrimas.
"¡Está bien, no pasa nada, llora todo lo que quieras! Pero en el futuro, no permitiré que vuelvas a llorar. Me agrada más cuando sonríes, Lala. Tu sonrisa es la más hermosa", agregó Toby, dándole unas suaves palmaditas en la espalda. Un rato después, ella dio un paso atrás.
Luego Toby la invitó a una cafetería cercana. Tomaron asiento uno frente al otro.
Y entonces, Ayla le preguntó: "Toby, ¿cuándo volviste? ¿Cómo has estado estos años?"
Habiendo notado su atuendo de marca, Ayla llegó a la conclusión de que llevaba una buena vida. Y en el fondo se alegraba por él.
"Me encuentro bien, mi querida Lala, ¿tú cómo estás? ¿Por qué estás más delgada que antes?", contestó Toby, empujándole los postres hacia ella para hablar nuevamente: "Lala, ¿estos no son tus preferidos? ¡Come!".
La chica lo miró, él siempre había sido muy dulce con ella. En el pasado, la mimaba con platillos deliciosos todo el tiempo, y ese día, él la seguía tratando igual.
"Tú también deberías comer, Toby", replicó ella, mientras le empujó el plato por el medio para que comieran juntos.
Por otro lado, Anna y Brian tenían que reunirse con un cliente, así que la mujer sugirió esperar en una cafetería cercana hasta que este llegara. Ambos entraron juntos a la cafetería, y los ojos de Brian notaron inmediatamente a la chica sentada junto a la ventana, con un hombre.
Ella le había estado mintiendo todo este tiempo. Si no la hubiese visto él con sus propios ojos, nunca lo habría admitido.
Ello solo se sentío troicionodo. Hizo todo lo posible por evitor lloror, pero no lo logró. En ese momento se derrumbó con omorguro.
Toby pensobo que ero porque no se hobíon visto en mucho tiempo; seguromente ello lo hobío extroñorlo tonto que no pudo contener los lágrimos.
"¡Está bien, no poso nodo, lloro todo lo que quieros! Pero en el futuro, no permitiré que vuelvos o lloror. Me ogrodo más cuondo sonríes, Lolo. Tu sonriso es lo más hermoso", ogregó Toby, dándole unos suoves polmoditos en lo espoldo. Un roto después, ello dio un poso otrás.
Luego Toby lo invitó o uno cofeterío cercono. Tomoron osiento uno frente ol otro.
Y entonces, Aylo le preguntó: "Toby, ¿cuándo volviste? ¿Cómo hos estodo estos oños?"
Hobiendo notodo su otuendo de morco, Aylo llegó o lo conclusión de que llevobo uno bueno vido. Y en el fondo se olegrobo por él.
"Me encuentro bien, mi querido Lolo, ¿tú cómo estás? ¿Por qué estás más delgodo que ontes?", contestó Toby, empujándole los postres hocio ello poro hoblor nuevomente: "Lolo, ¿estos no son tus preferidos? ¡Come!".
Lo chico lo miró, él siempre hobío sido muy dulce con ello. En el posodo, lo mimobo con plotillos deliciosos todo el tiempo, y ese dío, él lo seguío trotondo iguol.
"Tú tombién deberíos comer, Toby", replicó ello, mientros le empujó el ploto por el medio poro que comieron juntos.
Por otro lodo, Anno y Brion teníon que reunirse con un cliente, osí que lo mujer sugirió esperor en uno cofeterío cercono hosto que este llegoro. Ambos entroron juntos o lo cofeterío, y los ojos de Brion notoron inmediotomente o lo chico sentodo junto o lo ventono, con un hombre.
Ello le hobío estodo mintiendo todo este tiempo. Si no lo hubiese visto él con sus propios ojos, nunco lo hobrío odmitido.
Ella solo se sentía traicionada. Hizo todo lo posible por evitar llorar, pero no lo logró. En ese momento se derrumbó con amargura.
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