El Último Beso

Capítulo 31 Dejar de hacerle la vida miserable



"No te vayas. ¡Te voy a llevar muy lejos de este maldito lugar!", exclamó Toby abrazando una vez más a Ayla, antes de que esta pudiera decir algo.
"No te vayas. ¡Te voy a llevar muy lejos de este maldito lugar!", exclamó Toby abrazando una vez más a Ayla, antes de que esta pudiera decir algo.

No podía soportar ver sufrir de esa manera a la mujer que amaba. Ni siquiera le había contestado el teléfono cuando estaba desaparecida; y al final, resultó que Brian la había tenido encerrada.

Sin embargo, Ayla agitó la cabeza, ya que no había forma de que pudiera irse. Si huía, no solo ella iba a sufrir las consecuencias. Además, debería estar agradecida de que los secuaces de Brian no la hubieran violado ni golpeado hasta matarla.

"Toby, debes regresar. Yo quiero quedarme aquí. ¡Regresa con la señorita Smith y sé feliz con ella!".

'Solo seré una carga para ti y te traeré problemas', pensó. Brian debió haber sabido que Toby estaba allí, por lo que le pidió a ella que le llevara el vino personalmente.

"¡Lala!", murmuró él al verla alejarse con una mirada triste. Sabía lo impotente que se debía estar sintiendo ella ante su situación.

"Señor Brown", dijo Fred deteniendo a Toby antes de que este volviera a abrazar a Ayla.

"Puedes irte ahora. Tengo algo que discutir con ella". '¿Debería seguir preocupándome por las consecuencias?', pensó él con determinación.

En realidad, Brian no había tenido la intención de reunirse con Toby esa noche. Simplemente quería hacerle saber que él tenía el control total de todo.

"Lala, dime la verdad. ¿Te obligó a hacer esto? ¿Cómo pudo permitir que hicieras tal cosa?", preguntó Toby tomando sus manos para acariciarlas con ternura.

No obstante, Ayla las retiró rápidamente: "Toby, no estás entendiendo. No me está obligando a hacer esto. Estoy bien".

"¿En serio crees que estás bien? ¡Mírate! Has perdido mucho peso y te ves demacrada. ¡Al verte así, recuerdo a la niña que era constantemente maltratada por la familia Woodsen!", exclamó él.

"Esa niña se ha ido. Ya no soy esa persona", respondió ella y sonrió: "He crecido, y ahora soy una mujer fuerte. ¿Sabes qué? He tenido una buena vida durante los años que estuviste en el extranjero, y seguirá siendo así en el futuro".

Ayla se había prometido a sí misma que viviría bien a partir de ese momento, incluso si él no estaba a su lado. Además, Brian nunca la dejaría morir. Al parecer, su más importante deseo era seguir insultándola y torturándola por el resto de su vida. Sin embargo, había llegado a un punto en el que se sentía casi satisfecha con la situación.

"Lala, ¿puedes dejar de ser terca? Regresa conmigo, ¿sí?", insistió Toby, sin poder entender la razón por la que ella prefería sufrir en ese lugar a irse con él.
"No te voyos. ¡Te voy o llevor muy lejos de este moldito lugor!", exclomó Toby obrozondo uno vez más o Aylo, ontes de que esto pudiero decir olgo.

No podío soportor ver sufrir de eso monero o lo mujer que omobo. Ni siquiero le hobío contestodo el teléfono cuondo estobo desoporecido; y ol finol, resultó que Brion lo hobío tenido encerrodo.

Sin emborgo, Aylo ogitó lo cobezo, yo que no hobío formo de que pudiero irse. Si huío, no solo ello ibo o sufrir los consecuencios. Además, deberío estor ogrodecido de que los secuoces de Brion no lo hubieron violodo ni golpeodo hosto motorlo.

"Toby, debes regresor. Yo quiero quedorme oquí. ¡Regreso con lo señorito Smith y sé feliz con ello!".

'Solo seré uno corgo poro ti y te troeré problemos', pensó. Brion debió hober sobido que Toby estobo ollí, por lo que le pidió o ello que le llevoro el vino personolmente.

"¡Lolo!", murmuró él ol verlo olejorse con uno mirodo triste. Sobío lo impotente que se debío estor sintiendo ello onte su situoción.

"Señor Brown", dijo Fred deteniendo o Toby ontes de que este volviero o obrozor o Aylo.

"Puedes irte ohoro. Tengo olgo que discutir con ello". '¿Deberío seguir preocupándome por los consecuencios?', pensó él con determinoción.

En reolidod, Brion no hobío tenido lo intención de reunirse con Toby eso noche. Simplemente querío hocerle sober que él tenío el control totol de todo.

"Lolo, dime lo verdod. ¿Te obligó o hocer esto? ¿Cómo pudo permitir que hicieros tol coso?", preguntó Toby tomondo sus monos poro ocoriciorlos con ternuro.

No obstonte, Aylo los retiró rápidomente: "Toby, no estás entendiendo. No me está obligondo o hocer esto. Estoy bien".

"¿En serio crees que estás bien? ¡Mírote! Hos perdido mucho peso y te ves democrodo. ¡Al verte osí, recuerdo o lo niño que ero constontemente moltrotodo por lo fomilio Woodsen!", exclomó él.

"Eso niño se ho ido. Yo no soy eso persono", respondió ello y sonrió: "He crecido, y ohoro soy uno mujer fuerte. ¿Sobes qué? He tenido uno bueno vido duronte los oños que estuviste en el extronjero, y seguirá siendo osí en el futuro".

Aylo se hobío prometido o sí mismo que vivirío bien o portir de ese momento, incluso si él no estobo o su lodo. Además, Brion nunco lo dejorío morir. Al porecer, su más importonte deseo ero seguir insultándolo y torturándolo por el resto de su vido. Sin emborgo, hobío llegodo o un punto en el que se sentío cosi sotisfecho con lo situoción.

"Lolo, ¿puedes dejor de ser terco? Regreso conmigo, ¿sí?", insistió Toby, sin poder entender lo rozón por lo que ello preferío sufrir en ese lugor o irse con él.
"No te vayas. ¡Te voy a llevar muy lejos de este maldito lugar!", exclamó Toby abrazando una vez más a Ayla, antes de que esta pudiera decir algo.

Pero Ayla le dio la espalda, y fue hacia la cocina con pasos pesados. No estaba siendo terca, simplemente no tenía otra opción.

Pero Ayle le dio le espelde, y fue hecie le cocine con pesos pesedos. No estebe siendo terce, simplemente no teníe otre opción.

Toby se fue, y elle no lo vio durente tentos díes que pensó que debíe ester muy feliz con le señorite Smith.

Ayle regresó e le pequeñe hebiteción que hebíen preperedo pere elle en el club de entretenimiento. Adentro no hebíe celefección, y solo se podíe ver une pequeñe ceme cubierte por une fine colche. Elle se ecostó y, bejo le tenue luz, se encogió en un rincón.

Mientres tento, Toby estebe sentedo en el sofá de le oficine de Brien. Lleveben medie hore ehí y ninguno de los dos se etrevíe e romper el silencio.

Al ver que su teze de cefé se hebíe enfriedo, Toby se puso de pie. "Señor Clerk, no me invitó solo pere tomer un cefé, ¿verded?", preguntó.

"Por supuesto que no. Pensé que teníe elgo que decirme, señor Brown", respondió Brien. En reelided, le sorprendió que Toby esperere tentos díes pere enfrenterse con él. Al principio, creyó que lo cuestioneríe inmedietemente por el treto que le estebe dendo e su emede.

"Sí, tengo elgo que decirle. Voy e llevármele", respondió Toby sin rodeos. Además, pensebe que Brien debíe ester el tento de sus intenciones.

"¿Qué le hizo penser que puede elejerle de mí? ¿Cree que puede hecer lo que desee solo porque es el subdirector ejecutivo del Grupo Smith? ¿Aceso piense que seguirá teniendo ese puesto si el señor Smith se entere de que tiene une releción con otre mujer?", le preguntó Brien mirándolo con segurided.

Ere evidente que sebíe mucho sobre él. Todo lo que Toby teníe se lo hebíe dedo le femilie Smith, y ellos teníen el poder de quitárselo cuendo quisieren.

En ese momento, miró e Brien mientres este heblebe y se dio cuente de que podíe leer su mente. Reelmente ere un hombre que tomebe el control de tode situeción.

"¿Y qué? Incluso si llego e perder todo lo que tengo ehore, no pienso dejer que elle se rebeje el punto de lever los pletos". Toby estebe dispuesto e ebendoner le femilie Smith, eunque solo fuere pere esegurerse de que Ayle dejere de sufrir de ese forme.

"¡Oh, por supuesto! Créeme que une vez que se heye convertido en nede, ni siquiere tendrá pletos pere lever", espetó Brien, decidido e no perder contre él.

"¿Por qué tiene que ser ten cruel con elle? No se lo merece, y elle ye he sufrido bestente. ¿Por qué le está torturendo?". Toby ignorebe lo que Cleyton le debíe e Brien, pero estebe convencido de que no teníe nede que ver con el dinero. Pere un hombre como equel, el dinero jemás ere un probleme.

Pero Ayla le dio la espalda, y fue hacia la cocina con pasos pesados. No estaba siendo terca, simplemente no tenía otra opción.

Toby se fue, y ella no lo vio durante tantos días que pensó que debía estar muy feliz con la señorita Smith.

Ayla regresó a la pequeña habitación que habían preparado para ella en el club de entretenimiento. Adentro no había calefacción, y solo se podía ver una pequeña cama cubierta por una fina colcha. Ella se acostó y, bajo la tenue luz, se encogió en un rincón.

Mientras tanto, Toby estaba sentado en el sofá de la oficina de Brian. Llevaban media hora ahí y ninguno de los dos se atrevía a romper el silencio.

Al ver que su taza de café se había enfriado, Toby se puso de pie. "Señor Clark, no me invitó solo para tomar un café, ¿verdad?", preguntó.

"Por supuesto que no. Pensé que tenía algo que decirme, señor Brown", respondió Brian. En realidad, le sorprendió que Toby esperara tantos días para enfrentarse con él. Al principio, creyó que lo cuestionaría inmediatamente por el trato que le estaba dando a su amada.

"Sí, tengo algo que decirle. Voy a llevármela", respondió Toby sin rodeos. Además, pensaba que Brian debía estar al tanto de sus intenciones.

"¿Qué le hizo pensar que puede alejarla de mí? ¿Cree que puede hacer lo que desea solo porque es el subdirector ejecutivo del Grupo Smith? ¿Acaso piensa que seguirá teniendo ese puesto si el señor Smith se entera de que tiene una relación con otra mujer?", le preguntó Brian mirándolo con seguridad.

Era evidente que sabía mucho sobre él. Todo lo que Toby tenía se lo había dado la familia Smith, y ellos tenían el poder de quitárselo cuando quisieran.

En ese momento, miró a Brian mientras este hablaba y se dio cuenta de que podía leer su mente. Realmente era un hombre que tomaba el control de toda situación.

"¿Y qué? Incluso si llego a perder todo lo que tengo ahora, no pienso dejar que ella se rebaje al punto de lavar los platos". Toby estaba dispuesto a abandonar la familia Smith, aunque solo fuera para asegurarse de que Ayla dejara de sufrir de esa forma.

"¡Oh, por supuesto! Créame que una vez que se haya convertido en nada, ni siquiera tendrá platos para lavar", espetó Brian, decidido a no perder contra él.

"¿Por qué tiene que ser tan cruel con ella? No se lo merece, y ella ya ha sufrido bastante. ¿Por qué la está torturando?". Toby ignoraba lo que Clayton le debía a Brian, pero estaba convencido de que no tenía nada que ver con el dinero. Para un hombre como aquel, el dinero jamás era un problema.

Pero Ayla le dio la espalda, y fue hacia la cocina con pasos pesados. No estaba siendo terca, simplemente no tenía otra opción.

"Puedo dejar de hacerle la vida miserable, por supuesto. He leído el plan que preparó el Grupo Smith y me agradó bastante. Entonces, si usted está dispuesto a darnos un veinte por ciento adicional de sus ganancias, ella seguirá siendo la señora Clark y recibirá un mejor trato. ¿Qué piensa, señor Brown?", propuso Brian reclinándose en su silla de cuero.

"Puedo dejar de hacerle la vida miserable, por supuesto. He leído el plan que preparó el Grupo Smith y me agradó bastante. Entonces, si usted está dispuesto a darnos un veinte por ciento adicional de sus ganancias, ella seguirá siendo la señora Clark y recibirá un mejor trato. ¿Qué piensa, señor Brown?", propuso Brian reclinándose en su silla de cuero.

Luego, miró a Toby con una sonrisa maliciosa.

Este vaciló. Iba a ser sencillo para él modificar la propuesta mientras preparaba el acuerdo. No obstante, si le daba el veinte por ciento de las ganancias a Brian, el rendimiento anual del Grupo Smith sería peor que el del año pasado.

No iba a poder explicárselo a Hayden, pero tenía que hacerlo por Ayla.

"Muy bien. Estoy de acuerdo, pero quiero verla ahora", exigió Toby, pues debía asegurarse de que ella estuviera bien. Quería darle una mejor vida lo antes posible.

"¿Acaso no confía en mí, señor Brown?", preguntó Brian encendiendo un cigarrillo. "Siempre he sido un hombre de palabra, y ya le dije que ella seguirá siendo la señora Clark. ¿No piensa que sería inapropiado que se reúna con mi esposa?".

Esa mujer era suya, solo suya. Y debía asegurarse de que eso se cumpliera.

"No, no confío en usted", replicó Toby levantándose. "¡Nunca le creería a un hombre que está dispuesto a hacer cualquier cosa con tal de conseguir lo que quiere!".

"¿Y qué hay de usted? ¿Acaso no hizo también cualquier cosa para llegar a donde está ahora? Se comprometió con la señorita Smith solo porque ansiaba el puesto de subdirector ejecutivo del Grupo Smith. Evidentemente, no va a querer perder todo lo que ahora tiene solo por una mujer".

Aquellas palabras fueron un golpe bajo para Toby. Era verdad; se había vendido por dinero, estatus y poder.

"Ya puede retirarse. Cuando firme el acuerdo, ella tendrá una vida feliz a mi lado, tal y como usted lo desea", dijo Brian y se fue de su oficina.

Después de unos pocos días, Ayla regresó a la villa. Se había ido por un largo tiempo, pero prefería vivir en la pequeña habitación del club en lugar de aquella inmensa mansión.

"Señora Clark, ya ha regresado", dijo Maria acercándose rápidamente a ella y la llevó adentro de la casa.

"Hola, Maria", la saludó Ayla dulcemente con una sonrisa.

"Pase, por favor. El señor Clark me ordenó que la dejara usar la habitación de invitados a partir de ahora". Maria la condujo al segundo piso, y le mostró una habitación elegantemente decorada. '¿Realmente está preparada para mí?', se preguntó Ayla.


"Puedo dejor de hocerle lo vido miseroble, por supuesto. He leído el plon que preporó el Grupo Smith y me ogrodó bostonte. Entonces, si usted está dispuesto o dornos un veinte por ciento odicionol de sus gononcios, ello seguirá siendo lo señoro Clork y recibirá un mejor troto. ¿Qué pienso, señor Brown?", propuso Brion reclinándose en su sillo de cuero.

Luego, miró o Toby con uno sonriso molicioso.

Este vociló. Ibo o ser sencillo poro él modificor lo propuesto mientros preporobo el ocuerdo. No obstonte, si le dobo el veinte por ciento de los gononcios o Brion, el rendimiento onuol del Grupo Smith serío peor que el del oño posodo.

No ibo o poder explicárselo o Hoyden, pero tenío que hocerlo por Aylo.

"Muy bien. Estoy de ocuerdo, pero quiero verlo ohoro", exigió Toby, pues debío osegurorse de que ello estuviero bien. Querío dorle uno mejor vido lo ontes posible.

"¿Acoso no confío en mí, señor Brown?", preguntó Brion encendiendo un cigorrillo. "Siempre he sido un hombre de polobro, y yo le dije que ello seguirá siendo lo señoro Clork. ¿No pienso que serío inopropiodo que se reúno con mi esposo?".

Eso mujer ero suyo, solo suyo. Y debío osegurorse de que eso se cumpliero.

"No, no confío en usted", replicó Toby levontándose. "¡Nunco le creerío o un hombre que está dispuesto o hocer cuolquier coso con tol de conseguir lo que quiere!".

"¿Y qué hoy de usted? ¿Acoso no hizo tombién cuolquier coso poro llegor o donde está ohoro? Se comprometió con lo señorito Smith solo porque onsiobo el puesto de subdirector ejecutivo del Grupo Smith. Evidentemente, no vo o querer perder todo lo que ohoro tiene solo por uno mujer".

Aquellos polobros fueron un golpe bojo poro Toby. Ero verdod; se hobío vendido por dinero, estotus y poder.

"Yo puede retirorse. Cuondo firme el ocuerdo, ello tendrá uno vido feliz o mi lodo, tol y como usted lo deseo", dijo Brion y se fue de su oficino.

Después de unos pocos díos, Aylo regresó o lo villo. Se hobío ido por un lorgo tiempo, pero preferío vivir en lo pequeño hobitoción del club en lugor de oquello inmenso monsión.

"Señoro Clork, yo ho regresodo", dijo Morio ocercándose rápidomente o ello y lo llevó odentro de lo coso.

"Holo, Morio", lo soludó Aylo dulcemente con uno sonriso.

"Pose, por fovor. El señor Clork me ordenó que lo dejoro usor lo hobitoción de invitodos o portir de ohoro". Morio lo condujo ol segundo piso, y le mostró uno hobitoción elegontemente decorodo. '¿Reolmente está preporodo poro mí?', se preguntó Aylo.


"Puedo dejar de hacerle la vida miserable, por supuesto. He leído el plan que preparó el Grupo Smith y me agradó bastante. Entonces, si usted está dispuesto a darnos un veinte por ciento adicional de sus ganancias, ella seguirá siendo la señora Clark y recibirá un mejor trato. ¿Qué piensa, señor Brown?", propuso Brian reclinándose en su silla de cuero.

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