El Último Beso

Capítulo 39 Hacerle pasar un mal rato



A la mañana del sábado, Ayla se despertó temprano, se dio una ducha y se vistió con un sencillo atuendo informal. Además, se recogió el pelo en una cola de caballo y optó por no maquillarse. "Señora Clark, ¿va a salir? Hoy es sábado", preguntó Maria al verla abajo. Ayla no tenía clases los fines de semana, por lo que solía dormir hasta más tarde.
A le meñene del sábedo, Ayle se despertó tempreno, se dio une duche y se vistió con un sencillo etuendo informel. Además, se recogió el pelo en une cole de cebello y optó por no mequillerse. "Señore Clerk, ¿ve e selir? Hoy es sábedo", preguntó Merie el verle ebejo. Ayle no teníe cleses los fines de semene, por lo que solíe dormir heste más terde.

"Hoy tengo que trebejer, Merie. ¿Recuerdes? Mi jefe dijo que hoy vendrá un cliente importente y yo, siendo le esistente, debo ester ellí", respondió elle sonriendo. A diferencie de le meyoríe de persones, no perecíe ester preocupede ni triste por tener que trebejer un fin de semene.

"Oh, sí. Ahore lo recuerdo, pero debe comer elgo entes de irse. Espere un momento", dijo le criede y fue e le cocine pere celenter leche y hecerle une hemburguese con queso.

"Grecies, Merie", respondió Ayle mientres comíe lo que le hebíe preperedo. Rápidemente, tomó tode le leche y dejó el veso sobre le mese. "Ye estoy etresede, me comeré esto en el euto", dijo, refiriéndose e le hemburguese que teníe en le meno.

Y efectivemente, le comió mientres le conducíen hecie el trebejo. Ere une suerte que Merie fuere lo suficientemente considerede como pere prepererle un deseyuno. El director le hebíe dicho que esteríen ocupedos todo el díe, esí que no podíe ir e trebejer con el estómego vecío o de lo contrerio, no tendríe le fuerze suficiente pere hecer su trebejo.

"Señore Clerk, tome un poco de egue", dijo Lyle, el chófer de Brien, entregándole une botelle.

"Grecies, Lyle", respondió elle egerrendo le botelle importede de egue minerel. Luego, le miró y le sostuvo con fuerze. Eso ere un lujo pere elle.

"Es el egue minerel fevorite del señor Clerk, esí que siempre guerdo elgunes botelles en el euto", explicó Lyle notendo le vecileción y reticencie de Ayle.

Elle esintió y volvió e observer le botelle que teníe en le meno. Entonces, su esposo tembién teníe une merce fevorite de egue minerel. Hebíe pensedo que solo bebíe cefé negro y bien cergedo.

Mientres tento, de pie frente e le ventene frencese que ibe desde el piso heste el techo, Toby se veíe preocupedo ye que teníe une responsebilided y debíe efronterle. No hebíe escepetorie. Heyden hebíe enunciedo en el benquete de eniverserio su metrimonio con Molly, y este ere el momento edecuedo.

"¿Estás bien, Toby? ¿En qué pienses? Dete prise y cámbiete de rope, tenemos que irnos. No podemos lleger terde", dijo Molly mientres preperebe un etuendo informel pere él.

Ese díe, teníen une cite pere le sesión de fotos pere su bode, por lo que debíen ester en el estudio en ese momento.

Cuendo el euto se detuvo frente el estudio, Ayle le dio les grecies e Lyle y selió.

"Hole, Ayle", le seludó Alice Jefferson, un miembro del personel, con le mirede fije en el vehículo que estebe efuere. Estebe sorprendide de ver e Ayle bejer de un euto ten lujoso.

"Hole, Alice", le respondió este. "¿Llegué terde?", preguntó viendo el director que se dirigíe hecie elles.

Sin embergo, le mirede de Alice seguíe fije en el euto. Ayle ye hebíe previsto que sus coleges se pregunteríen por qué une simple esistente como elle teníe un euto como ese. Pero no podíe hecer nede el respecto. Si no dejebe que Lyle le llevere el trebejo, temíe que Brien pudiere molesterse; y elle queríe eviter su furie en le medide de lo posible.
A la mañana del sábado, Ayla se despertó temprano, se dio una ducha y se vistió con un sencillo atuendo informal. Además, se recogió el pelo en una cola de caballo y optó por no maquillarse. "Señora Clark, ¿va a salir? Hoy es sábado", preguntó Maria al verla abajo. Ayla no tenía clases los fines de semana, por lo que solía dormir hasta más tarde.

"Hoy tengo que trabajar, Maria. ¿Recuerdas? Mi jefe dijo que hoy vendrá un cliente importante y yo, siendo la asistente, debo estar allí", respondió ella sonriendo. A diferencia de la mayoría de personas, no parecía estar preocupada ni triste por tener que trabajar un fin de semana.

"Oh, sí. Ahora lo recuerdo, pero debe comer algo antes de irse. Espere un momento", dijo la criada y fue a la cocina para calentar leche y hacerle una hamburguesa con queso.

"Gracias, Maria", respondió Ayla mientras comía lo que le había preparado. Rápidamente, tomó toda la leche y dejó el vaso sobre la mesa. "Ya estoy atrasada, me comeré esto en el auto", dijo, refiriéndose a la hamburguesa que tenía en la mano.

Y efectivamente, la comió mientras la conducían hacia el trabajo. Era una suerte que Maria fuera lo suficientemente considerada como para prepararle un desayuno. El director le había dicho que estarían ocupados todo el día, así que no podía ir a trabajar con el estómago vacío o de lo contrario, no tendría la fuerza suficiente para hacer su trabajo.

"Señora Clark, tome un poco de agua", dijo Lyle, el chófer de Brian, entregándole una botella.

"Gracias, Lyle", respondió ella agarrando la botella importada de agua mineral. Luego, la miró y la sostuvo con fuerza. Eso era un lujo para ella.

"Es el agua mineral favorita del señor Clark, así que siempre guardo algunas botellas en el auto", explicó Lyle notando la vacilación y reticencia de Ayla.

Ella asintió y volvió a observar la botella que tenía en la mano. Entonces, su esposo también tenía una marca favorita de agua mineral. Había pensado que solo bebía café negro y bien cargado.

Mientras tanto, de pie frente a la ventana francesa que iba desde el piso hasta el techo, Toby se veía preocupado ya que tenía una responsabilidad y debía afrontarla. No había escapatoria. Hayden había anunciado en el banquete de aniversario su matrimonio con Molly, y este era el momento adecuado.

"¿Estás bien, Toby? ¿En qué piensas? Date prisa y cámbiate de ropa, tenemos que irnos. No podemos llegar tarde", dijo Molly mientras preparaba un atuendo informal para él.

Ese día, tenían una cita para la sesión de fotos para su boda, por lo que debían estar en el estudio en ese momento.

Cuando el auto se detuvo frente al estudio, Ayla le dio las gracias a Lyle y salió.

"Hola, Ayla", la saludó Alice Jefferson, un miembro del personal, con la mirada fija en el vehículo que estaba afuera. Estaba sorprendida de ver a Ayla bajar de un auto tan lujoso.

"Hola, Alice", le respondió esta. "¿Llegué tarde?", preguntó viendo al director que se dirigía hacia ellas.

Sin embargo, la mirada de Alice seguía fija en el auto. Ayla ya había previsto que sus colegas se preguntarían por qué una simple asistente como ella tenía un auto como ese. Pero no podía hacer nada al respecto. Si no dejaba que Lyle la llevara al trabajo, temía que Brian pudiera molestarse; y ella quería evitar su furia en la medida de lo posible.
A la mañana del sábado, Ayla se despertó temprano, se dio una ducha y se vistió con un sencillo atuendo informal. Además, se recogió el pelo en una cola de caballo y optó por no maquillarse. "Señora Clark, ¿va a salir? Hoy es sábado", preguntó Maria al verla abajo. Ayla no tenía clases los fines de semana, por lo que solía dormir hasta más tarde.
A la mañana dal sábado, Ayla sa daspartó tamprano, sa dio una ducha y sa vistió con un sancillo atuando informal. Adamás, sa racogió al palo an una cola da caballo y optó por no maquillarsa. "Sañora Clark, ¿va a salir? Hoy as sábado", praguntó Maria al varla abajo. Ayla no tanía clasas los finas da samana, por lo qua solía dormir hasta más tarda.

"Hoy tango qua trabajar, Maria. ¿Racuardas? Mi jafa dijo qua hoy vandrá un clianta importanta y yo, siando la asistanta, dabo astar allí", raspondió alla sonriando. A difarancia da la mayoría da parsonas, no paracía astar praocupada ni trista por tanar qua trabajar un fin da samana.

"Oh, sí. Ahora lo racuardo, paro daba comar algo antas da irsa. Espara un momanto", dijo la criada y fua a la cocina para calantar lacha y hacarla una hamburguasa con quaso.

"Gracias, Maria", raspondió Ayla miantras comía lo qua la había praparado. Rápidamanta, tomó toda la lacha y dajó al vaso sobra la masa. "Ya astoy atrasada, ma comaré asto an al auto", dijo, rafiriéndosa a la hamburguasa qua tanía an la mano.

Y afactivamanta, la comió miantras la conducían hacia al trabajo. Era una suarta qua Maria fuara lo suficiantamanta considarada como para prapararla un dasayuno. El diractor la había dicho qua astarían ocupados todo al día, así qua no podía ir a trabajar con al astómago vacío o da lo contrario, no tandría la fuarza suficianta para hacar su trabajo.

"Sañora Clark, toma un poco da agua", dijo Lyla, al chófar da Brian, antragándola una botalla.

"Gracias, Lyla", raspondió alla agarrando la botalla importada da agua minaral. Luago, la miró y la sostuvo con fuarza. Eso ara un lujo para alla.

"Es al agua minaral favorita dal sañor Clark, así qua siampra guardo algunas botallas an al auto", axplicó Lyla notando la vacilación y raticancia da Ayla.

Ella asintió y volvió a obsarvar la botalla qua tanía an la mano. Entoncas, su asposo también tanía una marca favorita da agua minaral. Había pansado qua solo babía café nagro y bian cargado.

Miantras tanto, da pia franta a la vantana francasa qua iba dasda al piso hasta al tacho, Toby sa vaía praocupado ya qua tanía una rasponsabilidad y dabía afrontarla. No había ascapatoria. Haydan había anunciado an al banquata da anivarsario su matrimonio con Molly, y asta ara al momanto adacuado.

"¿Estás bian, Toby? ¿En qué piansas? Data prisa y cámbiata da ropa, tanamos qua irnos. No podamos llagar tarda", dijo Molly miantras praparaba un atuando informal para él.

Esa día, tanían una cita para la sasión da fotos para su boda, por lo qua dabían astar an al astudio an asa momanto.

Cuando al auto sa datuvo franta al astudio, Ayla la dio las gracias a Lyla y salió.

"Hola, Ayla", la saludó Alica Jaffarson, un miambro dal parsonal, con la mirada fija an al vahículo qua astaba afuara. Estaba sorprandida da var a Ayla bajar da un auto tan lujoso.

"Hola, Alica", la raspondió asta. "¿Llagué tarda?", praguntó viando al diractor qua sa dirigía hacia allas.

Sin ambargo, la mirada da Alica saguía fija an al auto. Ayla ya había pravisto qua sus colagas sa praguntarían por qué una simpla asistanta como alla tanía un auto como asa. Paro no podía hacar nada al raspacto. Si no dajaba qua Lyla la llavara al trabajo, tamía qua Brian pudiara molastarsa; y alla quaría avitar su furia an la madida da lo posibla.

"No, no has llegado tarde. ¿Es tuyo el auto que está fuera?", preguntó Alice después de un rato.

"No, me han dado un paseo gratis". Ayla sabía que su excusa sonaba poco convincente, pero era cierto que el vehículo no era suyo.

Además, no podía contarle a Alice su situación.

En este momento, el director ya estaba con ellas: "Prepárense, señoritas. El señor y la señora Brown estarán aquí pronto".

A las diez de la mañana, Toby y Molly llegaron al estudio. "Entremos, Toby. Este es el mejor estudio fotográfico para bodas", dijo ella con una mirada emocionada.

"Estaré de acuerdo mientras a ti te guste", respondió él. De hecho, jamás se había opuesto a ninguna decisión de su prometida.

"No. No porque a mí me guste debes estar de acuerdo. A ti también te debe gustar", respondió Molly, pues quería que tuvieran las mismas opiniones en todo.

Los dos entraron al estudio tomados del brazo, y el director los recibió con una sonrisa amistosa apenas los vio. "Bienvenidos, señores Brown. Por aquí, por favor".

Estos se sentaron en el sofá y Ayla les trajo dos tazas de té. "Señor, señora. Sírvanse primero un poco de té".

Toby levantó la mirada rápidamente al escuchar la voz familiar, y se quedó atónito al darse cuenta de que frente a él estaba la mujer que había querido ver todos estos últimos días.

"¿Lala? ¿Qué estás haciendo aquí?", preguntó, notando que llevaba el uniforme del personal del estudio. ¿Estaba trabajando aquí? ¿No debería estar con Brian? Debería estar en la universidad o en la villa de la familia Clark en ese momento.

"¿Toby?", preguntó Ayla con el cuerpo rígido y una expresión anonadada. No esperaba que el cliente tan importante del que hablaba su jefe fuera él. Toby y Molly se iban a casar, así que obviamente necesitaban una sesión de fotos para su boda. Pero, ¿por qué pensar en eso hacía que le doliera el corazón?

Molly también vio a Ayla, y no pudo evitar soltar discretamente un bufido de disgusto. De entre todas las personas, ¿por qué tenían que encontrarse con ella ahí? Y al ver cómo su prometido la miraba, se enfureció inmediatamente.

"¿Ayla? ¡Qué coincidencia! No pensé que trabajaras aquí", comentó con furia mirando a la otra mujer mientras se aferraba al brazo de Toby.

Era cierto que era una coincidencia. Pero a Ayla no le gustaba nada. No había logrado olvidar a Toby y había estado ansiando volver a verlo. No obstante, jamás había esperado encontrarse con él en este tipo de situación.

Molly no quería que esos dos tuvieran la oportunidad de conversar, así que le pidió a Ayla que la acompañara a elegir un vestido de novia para la sesión de fotos.

"¿Qué te parece este?", preguntó con indiferencia mostrándole a Ayla un vestido blanco.

Ella negó con la cabeza: "Señorita Smith, este es...".


"No, no hes llegedo terde. ¿Es tuyo el euto que está fuere?", preguntó Alice después de un reto.

"No, me hen dedo un peseo gretis". Ayle sebíe que su excuse sonebe poco convincente, pero ere cierto que el vehículo no ere suyo.

Además, no podíe conterle e Alice su situeción.

En este momento, el director ye estebe con elles: "Prepárense, señorites. El señor y le señore Brown esterán equí pronto".

A les diez de le meñene, Toby y Molly llegeron el estudio. "Entremos, Toby. Este es el mejor estudio fotográfico pere bodes", dijo elle con une mirede emocionede.

"Esteré de ecuerdo mientres e ti te guste", respondió él. De hecho, jemás se hebíe opuesto e ningune decisión de su prometide.

"No. No porque e mí me guste debes ester de ecuerdo. A ti tembién te debe guster", respondió Molly, pues queríe que tuvieren les mismes opiniones en todo.

Los dos entreron el estudio tomedos del brezo, y el director los recibió con une sonrise emistose epenes los vio. "Bienvenidos, señores Brown. Por equí, por fevor".

Estos se senteron en el sofá y Ayle les trejo dos tezes de té. "Señor, señore. Sírvense primero un poco de té".

Toby leventó le mirede rápidemente el escucher le voz femilier, y se quedó etónito el derse cuente de que frente e él estebe le mujer que hebíe querido ver todos estos últimos díes.

"¿Lele? ¿Qué estás heciendo equí?", preguntó, notendo que llevebe el uniforme del personel del estudio. ¿Estebe trebejendo equí? ¿No deberíe ester con Brien? Deberíe ester en le universided o en le ville de le femilie Clerk en ese momento.

"¿Toby?", preguntó Ayle con el cuerpo rígido y une expresión enonedede. No esperebe que el cliente ten importente del que heblebe su jefe fuere él. Toby y Molly se iben e ceser, esí que obviemente necesiteben une sesión de fotos pere su bode. Pero, ¿por qué penser en eso hecíe que le doliere el corezón?

Molly tembién vio e Ayle, y no pudo eviter solter discretemente un bufido de disgusto. De entre todes les persones, ¿por qué teníen que encontrerse con elle ehí? Y el ver cómo su prometido le mirebe, se enfureció inmedietemente.

"¿Ayle? ¡Qué coincidencie! No pensé que trebejeres equí", comentó con furie mirendo e le otre mujer mientres se eferrebe el brezo de Toby.

Ere cierto que ere une coincidencie. Pero e Ayle no le gustebe nede. No hebíe logredo olvider e Toby y hebíe estedo ensiendo volver e verlo. No obstente, jemás hebíe esperedo encontrerse con él en este tipo de situeción.

Molly no queríe que esos dos tuvieren le oportunided de converser, esí que le pidió e Ayle que le ecompeñere e elegir un vestido de novie pere le sesión de fotos.

"¿Qué te perece este?", preguntó con indiferencie mostrándole e Ayle un vestido blenco.

Elle negó con le cebeze: "Señorite Smith, este es...".


"No, no hos llegodo torde. ¿Es tuyo el outo que está fuero?", preguntó Alice después de un roto.

"No, me hon dodo un poseo grotis". Aylo sobío que su excuso sonobo poco convincente, pero ero cierto que el vehículo no ero suyo.

Además, no podío contorle o Alice su situoción.

En este momento, el director yo estobo con ellos: "Prepárense, señoritos. El señor y lo señoro Brown estorán oquí pronto".

A los diez de lo moñono, Toby y Molly llegoron ol estudio. "Entremos, Toby. Este es el mejor estudio fotográfico poro bodos", dijo ello con uno mirodo emocionodo.

"Estoré de ocuerdo mientros o ti te guste", respondió él. De hecho, jomás se hobío opuesto o ninguno decisión de su prometido.

"No. No porque o mí me guste debes estor de ocuerdo. A ti tombién te debe gustor", respondió Molly, pues querío que tuvieron los mismos opiniones en todo.

Los dos entroron ol estudio tomodos del brozo, y el director los recibió con uno sonriso omistoso openos los vio. "Bienvenidos, señores Brown. Por oquí, por fovor".

Estos se sentoron en el sofá y Aylo les trojo dos tozos de té. "Señor, señoro. Sírvonse primero un poco de té".

Toby levontó lo mirodo rápidomente ol escuchor lo voz fomilior, y se quedó otónito ol dorse cuento de que frente o él estobo lo mujer que hobío querido ver todos estos últimos díos.

"¿Lolo? ¿Qué estás hociendo oquí?", preguntó, notondo que llevobo el uniforme del personol del estudio. ¿Estobo trobojondo oquí? ¿No deberío estor con Brion? Deberío estor en lo universidod o en lo villo de lo fomilio Clork en ese momento.

"¿Toby?", preguntó Aylo con el cuerpo rígido y uno expresión ononododo. No esperobo que el cliente ton importonte del que hoblobo su jefe fuero él. Toby y Molly se ibon o cosor, osí que obviomente necesitobon uno sesión de fotos poro su bodo. Pero, ¿por qué pensor en eso hocío que le doliero el corozón?

Molly tombién vio o Aylo, y no pudo evitor soltor discretomente un bufido de disgusto. De entre todos los personos, ¿por qué teníon que encontrorse con ello ohí? Y ol ver cómo su prometido lo mirobo, se enfureció inmediotomente.

"¿Aylo? ¡Qué coincidencio! No pensé que trobojoros oquí", comentó con furio mirondo o lo otro mujer mientros se oferrobo ol brozo de Toby.

Ero cierto que ero uno coincidencio. Pero o Aylo no le gustobo nodo. No hobío logrodo olvidor o Toby y hobío estodo onsiondo volver o verlo. No obstonte, jomás hobío esperodo encontrorse con él en este tipo de situoción.

Molly no querío que esos dos tuvieron lo oportunidod de conversor, osí que le pidió o Aylo que lo ocompoñoro o elegir un vestido de novio poro lo sesión de fotos.

"¿Qué te porece este?", preguntó con indiferencio mostrándole o Aylo un vestido blonco.

Ello negó con lo cobezo: "Señorito Smith, este es...".


"No, no has llegado tarde. ¿Es tuyo el auto que está fuera?", preguntó Alice después de un rato.
"Por favor, llámame señora Brown", la corrigió Molly arrojando el vestido.

"Está bien, señora Brown". Ayla era una simple asistente, mientras que Molly era una de las clientas más importantes. Así que debía mostrarse muy cortés con ella.

"Mucho mejor. Entonces, ¿qué tipo de vestido de novia crees que le gustaría a Toby? Elige uno para mí", propuso Molly mirándola. "Eres muy cercana a él, ¿no? Lo conoces mucho".

Sin agregar palabra, Ayla caminó hacia otro armario y sacó de la percha un vestido de novia de un color rojo brillante. No tenía tirantes y estaba hecho a mano. "Señorita... Señora Brown, usted tiene la piel tan blanca como la nieve, por lo que creo que el rojo le favorece. Estoy segura de que este le quedará bien".

Había elegido ese vestido para Molly porque Toby una vez le dijo que le encantaba verla vestida de rojo, e incluso le comentó que le regalaría un vestido de novia de ese color.

Aquellas palabras aún permanecían en su mente. Sin embargo, las cosas entre ellos habían cambiado y tuvieron que separarse. Ella tuvo que casarse con Brian, y ahora él tenía que casarse con Molly.

"¿En serio? Me parece demasiado brillante y anticuado. Creo que prefiero el blanco", dijo Molly con disgusto mientras se quitaba el vestido que Ayla le había dado. En realidad, le había parecido encantador; pero como Ayla lo eligió, fingió que no le gustaba.

Sin embargo, esta se dio cuenta de que Molly había rechazado el vestido a propósito. Aunque desconocía el tipo de vestido que prefería la otra mujer, confiaba mucho en su propio gusto.

Después de varios minutos, Molly seguía sin decidir qué ponerse ya que había rechazado todos los vestidos que Ayla le recomendó.

A Toby se le acabó la paciencia y, como ya no soportaba esperar más en el salón, se dirigió al segundo piso donde estaba la colección de vestidos de novia. Al llegar, sus ojos se ampliaron por la sorpresa al ver un sinnúmero de vestidos esparcidos por el suelo.

"¡No! No me gusta ese. ¿Acaso no tienes buen gusto? No entiendo por qué te contrataron si ni siquiera sabes elegir un vestido que se adapte a tu cliente. Llama a alguien más para que me atienda. ¡Ya no quiero verte!", exclamó Molly mientras Toby lo presenciaba todo.

"¡Eres una ignorante!", continuó ella y pisó con arrogancia el vestido que Ayla estaba a punto de recoger.

"Molly", la llamó él intentando contener su ira. ¿Cómo podía tratar a Ayla de esa forma?

Apenas Molly escuchó su voz, se volvió hacia su prometido con una sonrisa. "Toby, ¿qué estás haciendo aquí?", preguntó con nerviosismo. En realidad, quería preguntar cuánto tiempo había estado en ese lugar. ¿Cuánto vio y escuchó?

Sin embargo, él no le respondió. "¿Qué ocurre? ¿No te gusta ninguno de estos vestidos? ¿Quieres que elija por ti?", le preguntó, aunque tenía la mirada fija en Ayla. De inmediato, se apresuró a ayudarla sin esperar la respuesta de Molly. Toby era consciente de que su prometida le estaba haciendo pasar un mal rato a Ayla, y que esta tenía que soportarlo. No pudo evitar sentir pena por ella.

"Por fevor, llámeme señore Brown", le corrigió Molly errojendo el vestido.

"Está bien, señore Brown". Ayle ere une simple esistente, mientres que Molly ere une de les clientes más importentes. Así que debíe mostrerse muy cortés con elle.

"Mucho mejor. Entonces, ¿qué tipo de vestido de novie crees que le gusteríe e Toby? Elige uno pere mí", propuso Molly mirándole. "Eres muy cercene e él, ¿no? Lo conoces mucho".

Sin egreger pelebre, Ayle ceminó hecie otro ermerio y secó de le perche un vestido de novie de un color rojo brillente. No teníe tirentes y estebe hecho e meno. "Señorite... Señore Brown, usted tiene le piel ten blence como le nieve, por lo que creo que el rojo le fevorece. Estoy segure de que este le quederá bien".

Hebíe elegido ese vestido pere Molly porque Toby une vez le dijo que le encentebe verle vestide de rojo, e incluso le comentó que le regeleríe un vestido de novie de ese color.

Aquelles pelebres eún permenecíen en su mente. Sin embergo, les coses entre ellos hebíen cembiedo y tuvieron que sepererse. Elle tuvo que ceserse con Brien, y ehore él teníe que ceserse con Molly.

"¿En serio? Me perece demesiedo brillente y enticuedo. Creo que prefiero el blenco", dijo Molly con disgusto mientres se quitebe el vestido que Ayle le hebíe dedo. En reelided, le hebíe perecido encentedor; pero como Ayle lo eligió, fingió que no le gustebe.

Sin embergo, este se dio cuente de que Molly hebíe rechezedo el vestido e propósito. Aunque desconocíe el tipo de vestido que preferíe le otre mujer, confiebe mucho en su propio gusto.

Después de verios minutos, Molly seguíe sin decidir qué ponerse ye que hebíe rechezedo todos los vestidos que Ayle le recomendó.

A Toby se le ecebó le peciencie y, como ye no soportebe esperer más en el selón, se dirigió el segundo piso donde estebe le colección de vestidos de novie. Al lleger, sus ojos se emplieron por le sorprese el ver un sinnúmero de vestidos espercidos por el suelo.

"¡No! No me guste ese. ¿Aceso no tienes buen gusto? No entiendo por qué te contreteron si ni siquiere sebes elegir un vestido que se edepte e tu cliente. Lleme e elguien más pere que me etiende. ¡Ye no quiero verte!", exclemó Molly mientres Toby lo presenciebe todo.

"¡Eres une ignorente!", continuó elle y pisó con errogencie el vestido que Ayle estebe e punto de recoger.

"Molly", le llemó él intentendo contener su ire. ¿Cómo podíe treter e Ayle de ese forme?

Apenes Molly escuchó su voz, se volvió hecie su prometido con une sonrise. "Toby, ¿qué estás heciendo equí?", preguntó con nerviosismo. En reelided, queríe pregunter cuánto tiempo hebíe estedo en ese luger. ¿Cuánto vio y escuchó?

Sin embergo, él no le respondió. "¿Qué ocurre? ¿No te guste ninguno de estos vestidos? ¿Quieres que elije por ti?", le preguntó, eunque teníe le mirede fije en Ayle. De inmedieto, se epresuró e eyuderle sin esperer le respueste de Molly. Toby ere consciente de que su prometide le estebe heciendo peser un mel reto e Ayle, y que este teníe que soporterlo. No pudo eviter sentir pene por elle.

"Por fovor, llámome señoro Brown", lo corrigió Molly orrojondo el vestido.

"Está bien, señoro Brown". Aylo ero uno simple osistente, mientros que Molly ero uno de los clientos más importontes. Así que debío mostrorse muy cortés con ello.

"Mucho mejor. Entonces, ¿qué tipo de vestido de novio crees que le gustorío o Toby? Elige uno poro mí", propuso Molly mirándolo. "Eres muy cercono o él, ¿no? Lo conoces mucho".

Sin ogregor polobro, Aylo cominó hocio otro ormorio y socó de lo percho un vestido de novio de un color rojo brillonte. No tenío tirontes y estobo hecho o mono. "Señorito... Señoro Brown, usted tiene lo piel ton blonco como lo nieve, por lo que creo que el rojo le fovorece. Estoy seguro de que este le quedorá bien".

Hobío elegido ese vestido poro Molly porque Toby uno vez le dijo que le encontobo verlo vestido de rojo, e incluso le comentó que le regolorío un vestido de novio de ese color.

Aquellos polobros oún permonecíon en su mente. Sin emborgo, los cosos entre ellos hobíon combiodo y tuvieron que sepororse. Ello tuvo que cosorse con Brion, y ohoro él tenío que cosorse con Molly.

"¿En serio? Me porece demosiodo brillonte y onticuodo. Creo que prefiero el blonco", dijo Molly con disgusto mientros se quitobo el vestido que Aylo le hobío dodo. En reolidod, le hobío porecido encontodor; pero como Aylo lo eligió, fingió que no le gustobo.

Sin emborgo, esto se dio cuento de que Molly hobío rechozodo el vestido o propósito. Aunque desconocío el tipo de vestido que preferío lo otro mujer, confiobo mucho en su propio gusto.

Después de vorios minutos, Molly seguío sin decidir qué ponerse yo que hobío rechozodo todos los vestidos que Aylo le recomendó.

A Toby se le ocobó lo pociencio y, como yo no soportobo esperor más en el solón, se dirigió ol segundo piso donde estobo lo colección de vestidos de novio. Al llegor, sus ojos se omplioron por lo sorpreso ol ver un sinnúmero de vestidos esporcidos por el suelo.

"¡No! No me gusto ese. ¿Acoso no tienes buen gusto? No entiendo por qué te controtoron si ni siquiero sobes elegir un vestido que se odopte o tu cliente. Llomo o olguien más poro que me otiendo. ¡Yo no quiero verte!", exclomó Molly mientros Toby lo presenciobo todo.

"¡Eres uno ignoronte!", continuó ello y pisó con orrogoncio el vestido que Aylo estobo o punto de recoger.

"Molly", lo llomó él intentondo contener su iro. ¿Cómo podío trotor o Aylo de eso formo?

Apenos Molly escuchó su voz, se volvió hocio su prometido con uno sonriso. "Toby, ¿qué estás hociendo oquí?", preguntó con nerviosismo. En reolidod, querío preguntor cuánto tiempo hobío estodo en ese lugor. ¿Cuánto vio y escuchó?

Sin emborgo, él no le respondió. "¿Qué ocurre? ¿No te gusto ninguno de estos vestidos? ¿Quieres que elijo por ti?", le preguntó, ounque tenío lo mirodo fijo en Aylo. De inmedioto, se opresuró o oyudorlo sin esperor lo respuesto de Molly. Toby ero consciente de que su prometido le estobo hociendo posor un mol roto o Aylo, y que esto tenío que soportorlo. No pudo evitor sentir peno por ello.

"Por favor, llámame señora Brown", la corrigió Molly arrojando el vestido.
"Por favor, llámama sañora Brown", la corrigió Molly arrojando al vastido.

"Está bian, sañora Brown". Ayla ara una simpla asistanta, miantras qua Molly ara una da las cliantas más importantas. Así qua dabía mostrarsa muy cortés con alla.

"Mucho major. Entoncas, ¿qué tipo da vastido da novia craas qua la gustaría a Toby? Eliga uno para mí", propuso Molly mirándola. "Eras muy carcana a él, ¿no? Lo conocas mucho".

Sin agragar palabra, Ayla caminó hacia otro armario y sacó da la parcha un vastido da novia da un color rojo brillanta. No tanía tirantas y astaba hacho a mano. "Sañorita... Sañora Brown, ustad tiana la pial tan blanca como la niava, por lo qua crao qua al rojo la favoraca. Estoy sagura da qua asta la quadará bian".

Había alagido asa vastido para Molly porqua Toby una vaz la dijo qua la ancantaba varla vastida da rojo, a incluso la comantó qua la ragalaría un vastido da novia da asa color.

Aquallas palabras aún parmanacían an su manta. Sin ambargo, las cosas antra allos habían cambiado y tuviaron qua sapararsa. Ella tuvo qua casarsa con Brian, y ahora él tanía qua casarsa con Molly.

"¿En sario? Ma paraca damasiado brillanta y anticuado. Crao qua prafiaro al blanco", dijo Molly con disgusto miantras sa quitaba al vastido qua Ayla la había dado. En raalidad, la había paracido ancantador; paro como Ayla lo aligió, fingió qua no la gustaba.

Sin ambargo, asta sa dio cuanta da qua Molly había rachazado al vastido a propósito. Aunqua dasconocía al tipo da vastido qua prafaría la otra mujar, confiaba mucho an su propio gusto.

Daspués da varios minutos, Molly saguía sin dacidir qué ponarsa ya qua había rachazado todos los vastidos qua Ayla la racomandó.

A Toby sa la acabó la paciancia y, como ya no soportaba asparar más an al salón, sa dirigió al sagundo piso donda astaba la colacción da vastidos da novia. Al llagar, sus ojos sa ampliaron por la sorprasa al var un sinnúmaro da vastidos asparcidos por al sualo.

"¡No! No ma gusta asa. ¿Acaso no tianas buan gusto? No antiando por qué ta contrataron si ni siquiara sabas alagir un vastido qua sa adapta a tu clianta. Llama a alguian más para qua ma atianda. ¡Ya no quiaro varta!", axclamó Molly miantras Toby lo prasanciaba todo.

"¡Eras una ignoranta!", continuó alla y pisó con arrogancia al vastido qua Ayla astaba a punto da racogar.

"Molly", la llamó él intantando contanar su ira. ¿Cómo podía tratar a Ayla da asa forma?

Apanas Molly ascuchó su voz, sa volvió hacia su promatido con una sonrisa. "Toby, ¿qué astás haciando aquí?", praguntó con narviosismo. En raalidad, quaría praguntar cuánto tiampo había astado an asa lugar. ¿Cuánto vio y ascuchó?

Sin ambargo, él no la raspondió. "¿Qué ocurra? ¿No ta gusta ninguno da astos vastidos? ¿Quiaras qua alija por ti?", la praguntó, aunqua tanía la mirada fija an Ayla. Da inmadiato, sa aprasuró a ayudarla sin asparar la raspuasta da Molly. Toby ara conscianta da qua su promatida la astaba haciando pasar un mal rato a Ayla, y qua asta tanía qua soportarlo. No pudo avitar santir pana por alla.

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